
Cuando al Füher le dio por atacar la URSS, el resto de frentes quedaron en segundo plano. Así que Rommel y el Afrika Korps, tuvieron “que buscarse la vida”, reutilizando todo el material y los suministros que capturaban a los aliados en el norte de África. Erwin Rommel ya era conocido como el Zorro del Desierto y era respetado por sus enemigos británicos, que estaban recibiendo una buena tunda por parte de su cuerpo expedicionario.
Los británicos idearon un plan para eliminar al comandante enemigo, que tan eficaz se estaba mostrado en conducir la guerra en este frente. El 16 de noviembre de 1941, dos submarinos británicos depositaron frente a las costas cirenaicas a 32 comandos de elite con la misión de secuestrar a Rommel. Durante la compleja y arriesgada operación, varios se ahogaron y otros tuvieron que volver a los submarinos. El resto lograron alcanzar las playas para buscar su objetivo. Los servicios secretos británicos habían identificado erróneamente como el cuartel general de Rommel una antigua prefectura en Beda Littoria (ciudad del noreste de Libia), que los alemanes habían convertido en jefatura de intendencia. A pesar de que los alemanes les buscaron por todos lados al saber que había un comando británico por la zona, no lograron dar con ellos, pues eran soldados de elite y supieron esconderse bien. Al menos algunos de ellos, pues otros lograron alcanzar los submarinos. Un carabiniere italiano, con experiencia en la zona, tuvo una excelente idea para capturar a los comandos: expandió por las aldeas de la región que los alemanes premiarían con harina y azúcar a quienes capturasen a algún inglés con vida. En poco tiempo, los indígenas, ante tan suculenta recompensa, dieron con los pocos comandos que quedaban, entregándolos a los nazis.
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