Mujeres en los ejércitos de la Segunda Guerra Mundial

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En la Primera Guerra Mundial, las mujeres accedieron a los denominados «empleos de guerra«, como el trabajo industrial en astilleros y empresas de armamento. En la Segunda Guerra Mundial se incorporaron a unidades militares, y en el caso de la URSS, las mujeres combatieron en primera línea. Las mujeres en los ejércitos de la Segunda Guerra Mundial colaboraron activamente en mayor o menor medida según el país.

Mujeres en los ejércitos de la Segunda Guerra Mundial. Mary Churchill con su padre
Mary Churchill con su padre

Por ejemplo, en Gran Bretaña, las solteras de edades comprendidas entre veinte y treinta años fueron declaradas disponibles para el servicio militar a partir de 1941. Los ejércitos de Tierra, Mar y Aire habían organizado servicios auxiliares en los que quedaron encuadrados las mujeres británicas: Wrems (Armada); WRAC (Ejército de Tierra) o WAAF (Ejército del Aire). La propia princesa Isabel (más tarde, reina Isabel II) prestó servicio como conductora de camión militar. Medio millón de mujeres británicas prestaron servicios de enfermería. Las enfermeras eran las profesionales femeninas más comunes en el Ejército británico. Si bien en teoría, las mujeres británicas no podían entrar en combate por ley, en la práctica muchas prestaron servicio en las unidades antiaéreas, incluida la hija del primer ministro, Mary Churchill, que predicó con el ejemplo en el distrito de Londres, cuando los nazis bombardearon la capital británica. Incluso en la RAF hubo mujeres pilotos, que si bien, no entraron en combate, sí que fueron las encargadas de pilotar los nuevos aviones fabricados en los EEUU, integrados en las  fuerzas aéreas británicas.

En EEUU, la escasez de mano de obra era menos acuciante, al menos en los primeros momentos de la guerra. Pero finalmente, la mujer se incorporó al ejército estadounidense. En 1943 se creó el Cuerpo Auxiliar Femenino.

En Alemania, las mujeres debían quedarse en casa con la «pata quebrada», constituían el «reposo del guerrero» y parían a los hijos de los combatientes germanos, además de cuidar de la familia, siguiendo los postulados ideológicos nacionalsocialistas. Pero como las bajas aumentaban alarmantemente entre los varones a medida que se recrudecían los combates, sobre todo en el frente oriental, auténtica sangría de combatientes del Tercer Reich, se necesitaron cada vez más recursos humanos. Mujeres incluidas. Así, medio millón fueron reclutadas en la defensa antiaérea, como en el Reino Unido, y con restricciones similares: las mujeres podían incorporarse a las Fuerzas Armadas, pero no podían disparar un solo tiro.

Las cosas eren muy diferentes en la Unión Soviética, donde las mujeres no sólo disparaban, y muy bien en algunos casos, sino que en otros fueron auténticas heroínas de  guerra, como sus compañeros varones. En la URSS, al igual que sus compañeros varones, las féminas estaban obligadas a prestar servicio en el Ejército Rojo. Unos 8 millones de mujeres recibieron instrucción especializada en conducir camiones, manejar ametralladoras y como francotiradoras. Formaron también cuerpos de guardias de tráfico. Pero quizás las más especializadas combatientes soviéticas fueron aviadoras. En la URSS se crearon unidades de combate exclusivamente femeninas, sobre todo en las fuerzas aéreas. Por ejemplo, la 585ª Ala de Cazas, la 587ª Ala de Bombarderos en Picado y la 588ª Ala de Bombarderos Nocturnos, todos ellos formados solo por mujeres piloto fueron la elite de las mujeres en los ejércitos de la Segunda Guerra Mundial.

El símbolo de la «guerrera» soviética fue Liudmila Pavlichenko, que combatió como francotiradora voluntaria en la 25ª División de Infantería en la defensa de Odessa y se retiró inválida después de matar a 309 enemigos.

Mujeres en los ejércitos de la Segunda Guerra Mundial. Liudmila Pavlichenko
Liudmila Pavlichenko
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