Lida Baarova fue la amante más importante de Goebbels. Lida era una artista de cine Checa, que tenía gran éxito en el cine alemán, vivía con un famoso actor, cerca de la casa del ministro. En un congreso en Nuremberg, Hitler le pregunto si estaba casada con el actor alemán, ella y Goebbels respondieron a la vez que no. Luego se volvieron a ver en la ópera y mientras el cantante decía «Ich liebe dich» te quiero, Goebbels le susurró al oído «Ich dich auch» y yo también.
Goebbels tenía la reputación de ser un hombre que trabajaba día y noche, esto le sería útil en lo que respecta a las mujeres porque sabía cómo dedicarles el halago definitivo por parte de un hombre ocupado y dedicarles tiempo sin que pareciera importarle el que tuviera un compromiso en otro lugar.
Lida asistió a otro recepción en el congreso donde Goebbels se acercó a ella media hora antes del discurso que debía dar ante un público enorme. Le invito a salir de la sala de la recepción y acompañarle a otras habitaciones donde según dijo podrían hablar en privado, allí la beso y le declaró su amor. Acto seguido dio un discurso en el que la miro y se limpió el carmín, sin que nadie sospechara su gesto.
Estaban profundamente enamorados. Sus altos pómulos, característicos de la belleza eslava, fascinaban a Goebbels. Estuvieron dos años juntos sin una sola riña.
Pero Magda la mujer del ministro la invito a tomar el té. Lida se puso muy nerviosa pero Magda dijo que comprendía que su marido estuviera enamorado de ella. Esto lo admitía, pero le advirtió que nunca tuvieran un hijo. Que fuera su amante, pero nunca la generadora de hijos.
Todo Berlin conocía las andanzas de la pareja, y esto no lo llevaba bien la que era considerada la madre perfecta del régimen nazi.
El matrimonio Goebbels decidió divorciarse, pero Hitler se escandalizó y quiso mediar con Magda, ella, despechada, dijo que no quería hablar con él. El Fuhrer tomó cartas en el asunto y habló con Goebbels, aunque este estaba dispuesto a renunciar a su puesto, por el amor de Baarova. Hitler enfurecido le prohibió volver a ver a su amante. No estaba dispuesto a que Alemania perdiera un hombre tan necesario en el partido. Las órdenes eran inexcusables, Goebbels cabizbajo obedeció a su jefe.
Helldorf Jefe de policía, fue el encargado de comunicárselo a Baarova, que al enterarse se desmayo. El policía cuando despertó le explicó que si no obedecía no sólo podía perjudicar su carrera sino su vida. Ella se puso histérica y dijo que prefería perder la vida antes que el amor de Goebbels, (por lo visto estaban totalmente enamorados). Hitler tuvo que volver a intervenir, con gran malestar. Y obligar a cumplir su orden, sin embargo dejó que Goebbels se despidiera de ella. Le retiraron sus películas y la desterraron a Praga.
Un día que ella estaba en Berlín sus coches quedaron paralelos en un semáforo y pudieron mirarse fijamente hasta que él dio orden a su chofer de continuar y ya todo acabo.
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