La situación a finales de 1941

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Al finalizar 1941, el conflicto iniciado por Hitler se había convertido en una conflagración a nivel mundial. Ni siquiera la Gran Guerra, la conocida como Guerra del 14, había alcanzado dimensiones tan colosales. En este momento, el escenario de la barbarie y la brutalidad más desatadas se desarrollaba en toda Europa, desde Londres hasta Moscú, y desde el Cabo Norte hasta el África septentrional. Pero también en gran parte de Asia, después de la agresión japonesa, pues se combatía con denuedo desde el norte de China hasta Indonesia, y desde Japón a la costa oriental de la India. Se luchaba en todas partes, en el Pacífico, en el Atlántico, en el Mediterráneo,..Pero detrás de los frentes, los partisanos de los países invadidos combatían también con cierto éxito, obligando a las tropas ocupantes a distraer gran parte de sus efectivos a tratar de controlar estos focos de resistencia y desencadenar medidas de represión contra la población civil, que lógicamente apoyaba a sus combatientes.

Uno de los objetivos fundamentales del partido nazi era la obtención de un espacio vital para «raza superior» alemana. Y su expansión natural era el este. Además, Hitler necesitaba vencer con rapidez a la URSS para evitar una alianza eventual con los británicos y los EEUU. Con la derrota de los soviéticos, el Tercer Reich ascendería definitivamente a gran potencia mundial. Y contra ellos lanzó el Führer sus divisiones acorazadas (Operación Barbarroja), que si bien avanzaron con sorprendente rapidez por las estepas rusas, terminaron por detenerse ante la capital, Moscú, bien defendida por los soviéticos. Hitler culpó al alto mando alemán, se nombró a sí mismo comandante en jefe del Ejército alemán, ordenó resistir hasta el último hombre y prohibió bajo ningún concepto hablar de retirada y rendición. En diciembre de 1941, además de atascarse el ejército nazi en el cenagal moscovita, entraba en guerra EEUU. La iniciativa nazi comenzó desde entonces a ralentizarse.

Como los alemanes durante los dos primeros años de guerra en Europa, a finales de 1941, las tropas japonesas habían logrado extenderse sorprendentemente a través de vastos territorios de Asia continental y del Pacífico. Pero cometieron un error, que a la postre fue definitivo para el desenlace final del conflicto. El ataque aéreo nipón a la flota norteamericana anclada en le puerto hawaiano de Pearl Harbor, ocasionó la entrada en guerra de EEUU, que tuvo que abandonar definitivamente su política de neutralidad ante la agresión japonesa. Ahora sí que se podía hablar de guerra mundial. Las expansionistas y agresivas fuerzas del Eje Berlín-Roma-Tokio combatían en amplísimos frentes contra prácticamente el resto del mundo, representado por unas fuerzas Aliadas que disponían de innumerables recursos humanos y materiales.

A finales de 1941 comenzaba una fase decisiva de la guerra. El mando militar alemán, con Hitler a la cabeza, comenzó a preocuparse seriamente por el estado de la ofensiva en la URSS y la situación en Extremo Oriente. Aunque 1942 fue calificado como el «año del estancamiento», al menos en cuanto a operaciones militares se refiere, se incrementó la mortandad, ejecutándose multitudinarios asesinatos tanto en los frentes como en las retaguardias, una brutalidad que carece de cualquier justificación y sentido humanos. La «Solución Final» judía estaba en marcha.

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