Goering, Mariscal del Reich, era un hombre muy peculiar que rallaba en lo grotesco. Fue un héroe de aviación de la primera guerra y el segundo del III Reich. Tiene numerosas anécdotas.
Después de la pérdida de Stalingrado se le ocurrió reunir a todos los fabricantes de acero de Alemania, las grandes familias millonarias, con generaciones de experiencia en fábricas de armamento. Se empolló a conciencia las tecnologías y dio una conferencia de varias horas sobre el tema. En mitad de su discurso, paró repentinamente y se quedó dormido. Los industriales para no molestarle siguieron hablando como si no ocurriese nada. Se despertó al cabo de mucho tiempo y finalizó el discurso, sin que nadie se atreviera a comentar nada. Cualquiera se movía un pelo…
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