La muerte de Himmler

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Himmler, el jefe supremo de las SS fue detenido en un puesto de control cerca de Flensburg el 21 de mayo de 1945, en compañía del coronel SS Werner Grothmann y el comandante Heinz Macher. Fueron conducidos al Centro de Interrogación nº 31 británico, en Lüneburger Heath, donde el Mariscal de Campo Montgomery había establecido su cuartel general. Himmler iba disfrazado: se había quitado sus características gafas y su bigote y utilizaba parche sobre un ojo. Pero no logró engañar al jefe del servicio de espionaje de Montgomery, el coronel Michael L. Murphy, quien le reconoció de inmediato. «Usted es Himmler», le espetó.

Los oficiales británicos de espionaje sabían que los nazis más fanáticos solían preferir suicidarse antes que proporcionar ningún dato. Por ello, Himmler fue interrogado con suavidad al principio. El capitán Wells, del Cuerpo Médico del Ejército británico encontró una cápsula de cianuro en uno de los bolsillos del raído abrigo del ex Reichführer de la Schutzstaffel (SS), por lo que recomendó desnudar al prisionero, en previsión de que ocultara otros viales de veneno. Himmler se encontraba en un estado de febril agitación y antes de que los guardias procediesen a cumplir las órdenes del oficial médico, el nazi explicó la importancia que tenía su persona en el Tercer Reich y de cómo estaba destinado a representar un gran papel en la nueva Alemania. Himmler estaba al borde de la histeria, y por fin un oficial británico de alta graduación ordenó desnudar al antiguo jefe de las SS. Sin sus botas altas y el amplio abrigo de uniforme que le llegaba hasta los tobillos, que le hacían sentirse superior, no era más que un hombrecillo gris y arrugado. Desnudo delante de sus enemigos. El doctor Wells comenzó a explorarle los dientes, y en ese momento Himmler logró morder la cápsula de cianuro que llevaba entre los dientes de la mandíbula inferior. Era un vial Zyankali con cianuro potásico que tragó de inmediato. Sus captores le obligaron a tenderse en el suelo, se le introdujeron unas gomas por la garganta y se le vació el estómago. En vano. Apenas un cuarto de hora más tarde, el responsable de la temible y temida organización que había mandado al otro barrio a millones de personas fallecía. Inmediatamente y debido al efecto del veneno, su cuerpo adquirió un tono verdoso. Evidentemente, para hacerle la foto preceptiva después de muerto, le vistieron. El decoro ante todo, por favor.

En el fondo, y no tan en el fondo, Himmler pensaba que Europa le necesitaba, Ministro de Policia se veía él, y no dudaba de que Eisenhower estaría de acuerdo con su propuesta de colaboración con los Aliados. Se creyó el salvador providencial de Alemania, cuando la estrella de Hitler declinaba irremisiblemente.

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