El escritor francés Antoine de Saint-Exupéry fue el autor de una obra mundialmente conocida y muy popular. «El Principito». Además de escritor, Saint-Exupéry fue piloto comercial y protagonizó algunos vuelos importantes como el París-Saigón y el Nueva York-Tierra de Fuego.
En 1939, a los 39 años de edad, se alistó en la fuerza aérea francesa, en la que se presentó voluntario en las misiones más arriesgadas, dado su carácter aventurero. Cuando la Alemania nazi invadió Francia, Saint-Exupéry se exilió en Nueva York, donde escribió la obra que le ha hecho inmortal, la anteriormente citada «El Principito». Cansado de la vida tranquila que llevaba en Nueva York, se alistó de nuevo en las fuerzas aéreas, esta vez aliadas, a pesar de que en un principio le consideraron muy mayor para pilotar un avión.
En junio de 1944 se efectuó el desembarco de Normandía, la mayor operación anfibia de la Historia. A fin de dividir la tropas alemanas destacadas en Francia, el Alto Mando Aliado decidió realizar otro desembarco, de menor magnitud, obviamente, en Provenza, al sur de Francia. Para ello era necesario diseñar un mapa de las defensas alemanas en la zona. Saint-Exupéry fue la persona elegida para esta misión, dada su trayectoria. Lo que tenía que hacer era localizar y fotografiar las defensas germanas. El 31 de julio de 1944 fue el día de su última misión, despegando de un aeródromo de la isla de Córcega en un avión de combate Lightning P-38, que pilotaba él mismo. Desapareció de las pantallas de radar hacia las 13:00 horas.
A partir de este momento entramos en el territorio del misterio y de la conjetura. Como es habitual, existen varias versiones sobre el hecho. Unos dicen que sufrió una avería mecánica, otros que fue derribado por los alemanes, otros que el escritor fingió su muerte para desaparecer del mapa y vivir otra vida diferente a la que vivió hasta ese momento. Otros,

en fin, que Saint-Exupéry, harto de todo, había decidido suicidarse, estrellando su avión contra el mar.
Desde el día de marras, se han financiado misiones para buscar los restos de avión del escritor. En 1998, un pescador de la Provenza encontró en su red una pulsera de oro que llevaba grabados los nombres «Antoine de Saint-Exupéry» y «Consuelo», su mujer argentina. En el brazalete también aparecían las palabras «Reynal and Hitchcock Inc. 386 4th ave. NY City USA»: la sede de la editorial neoyorkina que había publicado parte de su obra. Era evidentemente un objeto personal del escritor y militar francés, lo que animó a algunos cazadores de tesoros a rastrear la zona para buscar el avión, lo que no gustó demasiado a los herederos de Saint-Exupéry, partidarios de dejar las cosas como estaban.
En 2004, el Departamento de Investigaciones Arqueológicas Submarinas francés encontró una pieza del Lightning de Saint-Exupéry en las aguas de Marsella, en una zona próxima donde el pesacador halló el brazalete. La pieza tenía un número, el 2734, justamente el número de matrícula militar del aparato pilotado por el autor de «El Principito». A pesar de haber sido localizado parte del fuselaje del avión, jamás sabremos cual fue la causa de la muerte de Saint-Exupéry.
Deja una respuesta