Rudolf Hess Lugarteniente de Hitler comenzó su historia en el año 1932 cuando fue nombrado director del partido. En el 33 pasó a ser Viceführer, Siendo el número tres del partido después de Goering.
Sin embargo, parece ser que no era muy inteligente y el propio Hitler le excluyó de decisiones de trascendencia.
Con la influencia de Bormann, la influencia de Hess en el partido disminuyo. Y empezó a planificar un golpe de efecto que restituyera su anterior prestigio. Era amigo de Karl Haushofer un general conservador que junto con su hijo no eran partidarios de la guerra contra Inglaterra. Tras la caída de Francia, muchos nazis pensaron que era el momento de acabar la guerra y ofrecer la paz a Gran Bretaña. El mismo Hitler envió una oferta a Londres que fue rechazada por Churchill.
Animado por la sugerencia de los Haushofer, le sugirieron que se pusiera en contacto con el Duque de Hamiltón, miembro destacado de la aristocracia escocesa y de la cámara de los Lores. Sin embargo, los alemanes ignoraban que no tuviera buenos contactos con el Rey ni con el Gobierno inglés.
Al comenzar la Guerra, Hess pidió a Hitler permiso para alistarse en la Luftwaffe, que le fue negado. Incluso le prohibió volar, cosa que no cumplió y que hacía en secreto. Era amigo del profesor Messerschmitt y le gustaba probar varios modelos. Al parecer, Hess intentó llegar al Reino Unido, pues tras su aterrizaje en Escocia, el mismo reconoció que era su cuarto intento. El 10 de mayo de 1941 montó en un Messerschmitt Bf 110D y se dirigió hacia Inglaterra. Los historiadores cuentan que Hitler reaccionó violentamente ante la ocurrencia de Hess, pero su hijo afirma que el Fuhrer estaba al corriente de la operación. La Luftwaffe salió en persecución del ¨loco».
Hess llegó a la costa inglesa y siguió hasta Escocia, se empezó a quedar sin gasolina y volteo el avión para poder salir despedido con un paracaídas, la cola del avión le golpeó y perdió el conocimiento. Fue encontrado por David McLean un agricultor que vio estrellarse el avión y fue a socorrerle. Fue cuidado en su casa y habló perfectamente el inglés. No dijo quien era pero pidió que le llevaran a ver al Duque de Hamilltón, los soldados al ver que no estaba armado y además sonriente le preguntaron quién era, dijo que era Alfred Hauptmann en una misión especial. El Mayor Donald se dio cuenta de que era Hess y le trasladaron al cuartel general de Maryhill.
Al día siguiente, el Duque de Hamilltón llegó para ver, en privado, a Hess. Este intentó convencerlo de que Hitler quería acabar la guerra. Ese mismo día el Duque se puso en contacto con el secretario de Churchill que le concedió una entrevista. Churchill no creía lo que le contó, y al final lo consideró como una «aventura particular». Hamilltón volvió a entrevistarse con Hess y con Kirkpatrick, un experto en asuntos alemanes. Hess volvió a decirles que los alemanes habían ya ganado la guerra y que era el momento de pararla y dejar que los ingleses siguieran con sus colonias. Hess fue revisado por un psiquiatra y dijo, que aunque parezca lo contrario, no estaba loco. Churchil mandó a Eden que Hess debía de ser confinado y tratado como prisionero de guerra. Se le metió en la Torre de Londres y así empezó un cautiverio de 46 años. Al finalizar la guerra se le internó en la prisión especial de Spandau. En el año 86 ingresó en el Hospital por un problema degenerativo por la avanzada edad. Hubo un movimiento internacional para sacar a Hess de la cárcel pero la URSS se negó. El 17 de noviembre de 1987
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