
La «Capilla roja» («Rote Kapelle» en alemán) fue un grupo de resistencia antinazi de influencia comunista que actuó en el interior de Alemania. La denominación de «Capilla roja» (en algunas fuentes aparece como «Orquesta roja») fue cosa de la policía nazi, ya que en realidad era el grupo Schulze-Boysen-Harnack, resultante de la fusión de dos núcleos. El primero en actuar, pues lo hacía desde 1936, era el de Harro Schulze-Boysen, oficial de aviación y funcionario del Ministerio de Aeronáutica, que había organizado un conjunto de personas de diferentes ideologías políticas, incluidos algunos comunistas sobrevivientes de las luchas contra el NSDAP. El otro grupo se aglutinó en torno a Arvid Harnack, funcionario del Ministerio de Economía. Ambos se fusionaron en 1939. La Capilla Roja se infiltró en diversos ambientes berlineses, y a ella se vincularon intelectuales, artistas, pacifistas, altos funcionarios de la Administración alemana y obreros. Establecieron una amplia red de contactos y propaganda que desde Berlín se extendió a otras partes de Alemania. Difundieron una publicación clandestina publicada en diferentes lenguas para que llegase también a los trabajadores extranjeros, deportados o no, que laboraban en Alemania. La publicación se llamaba Die innere Front, y aunque se solía editar por quincenas, en ocasiones salía semanalmente.
La organización del grupo se puede considerar como de frente popular de ideología antifascista y su actividad se concretaba en la propaganda (mediante la publicación de su órgano de prensa arriba señalado), y en la solidaridad con las personas que por sus ideas políticas y por su raza eran perseguidas por el régimen policial del Estado nacionalsocialista. Dieron incluso una vuelta de tuerca más en sus objetivos, pues llegaron a apoyar de manera activa los movimientos de resistencia en los países invadidos por los nazis, incluida la URSS. Contactaron por radio con agentes soviéticos entre 1940-1941, anticipándoles la más que probable agresión alemana.
El 30 de agosto de 1942 Harro Schulze-Boysen fue detenido por la Gestapo. Finalizaba la peripecia con la desarticulaciòn de este valeroso grupo antinazi, que se saldó con más de 60 penas de muerte.
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