El pianista de Roman Polanski es una película dirigida en el año 2002 por este director polaco nacido en París en 1933 con guión adaptado basado en las memorias del pianista polaco de origen judío Władysław Szpilman. El papel protagonista lo interpretó magistralmente Adrien Brody. La película narra las peripecias de Szpilman, quien vivía en Varsovia con su familia de clase media, hasta que su convivencia se truncó definitivamente con la invasión de Polonia por los nazis en 1939. Szpilman evitó la deportación con ayuda de amigos judíos (Ithzak Heller, policía del gueto judío y amigo de la familia) y no judíos, como la cantante Janina y el actor Andrezj, su marido; Marek, miembro de la Resistencia polaca; Dorota, antigua admiradora, y su esposo Michal; y Atek Szalas, antiguo técnico de Radio Varsovia y miembro también de la Resistencia. Pero no puede evitar perder a su familia cuando es separado de ella. No los volverá a ver.

El pianista Szpilman vivió escondido y aislado durante años, cambiando constantemente de escondite, asustado y viviendo en constante sobresalto, pasando mil y una calamidades. A destacar la intolerable soledad del protagonista que la película transmite en todo momento y los instantes de infinito terror cuando está a punto de ser descubierto. Una de las mejores secuencias del film es la escena en la que Władysław Szpilman es descubierto en su escondite del desván de una casa abandonada en Varsovia por un melómano oficial de la Wehrmacht, Wilhelm Hosenfeld (interpretado por Thomas Kretschmann en la película), gran amante de la música. Hosenfeld, que había sido profesor en su juventud, a pesar de saber que Szpilman es judìo, decide ocultar su presencia a sus compañeros y le hace llegar alimentos durante unas semanas. El alemán llegó a pedir al músico polaco que interpretase alguna pieza en un piano que se encuentra en una de las estancias de la vivienda. Szpilman, con las manos entumecidas por el frío, el hambre, la deseperación y la falta de costumbre, toca «Nocturne» de Chopin.
Hosenfeld cayó prisionero de los soviéticos. Fue sentenciado a 25 años de trabajos forzados por crímenes de guerra por el mero hecho de ser oficial alemán y murió enfermo en un campo de concentración en la URSS en 1952. A raíz de la publicación de las memorias de Szpilman, se le reconoció su labor humanitaria, que había consistido en ayudar en lo que buenamente pudo a polacos judíos y no judíos para no caer en manos de la Gestapo y las SS.
En cambio, Szpilman sobrevivió a la guerra y a su propia agonía, volviendo a la ocupación que tenía antes de la guerra como pianista de Radio Varsovia. La película es un retrato demoledor del infierno que pasó este hombre, que logró sobrevivir incluso al hambre y el frío extremos que le atormentaron durante numerosas fases de su atroz aventura en solitario. El pianista de Roman Polanski es sin duda alguna, una de sus mejores películas. Si no la mejor…
En 2002 ganó los Óscar a mejor director (Polanski), mejor actor (Brody) y mejor guión adaptado y la Palma de Oro en el Festival de Cannes, además de recibir diferentes nominaciones en estos y otros certámenes. Es una gran película en la que Polanski ambienta con gran veracidad y realismo el guetto de Varsovia. Intenta mostrar la crueldad nazi y la supervivencia de los judíos con cierta objetividad e incluso frialdad desasosegante. Polanski sufrió el Holocausto judío, al que sobrevivió. En cambio, su madre falleció en Auschwitz.
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