Los alemanes en la conquista de los países ocupados tenían un sistema cruel, pero infalible, para evitar atentados contra miembros del ejército de ocupación. Era el llamado “código de los rehenes”, por el cual se consideraba rehenes a todas aquellas personas detenidas por cualquier causa: pertenencia a grupos anarquistas, comunistas, etc…
Los rehenes podían ser fusilados si se producía un atentado contra los miembros del ejército alemán, despreciando el artículo 50 del Convenio de la Haya que prohíbe la toma de rehenes.
Esta brutal medida se endureció todavía más en 1942 con la publicación del siguiente aviso:
“Los familiares varones más próximos, hermanos políticos y primos de los agitadores, que hayan cumplido los dieciocho años serán fusilados”
“Todas las mujeres unidas a los culpables por los mismos grados de parentesco, serán condenadas a trabajos forzados”
“Los hijos de todas las personas arriba mencionadas, menores de dieciocho años, serán ingresados en una casa de corrección”
Esta medida fue sobre todo ejercida en la Francia ocupada. Eliminó de una manera eficaz cualquier conato de atentado.
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