
Reinhard Heydrich fue jefe de los servicios de seguridad del Tercer Reich y Reichsprotektor, esto es, una especie de virrey, del protectorado de Bohemia y Moravia. Y el arquitecto de la Solución Final judía. Los checos, a los que gobernó con mano de hierro, le llamaron con desprecio «la víbora nazi». «la bestia rubia» o «el carnicero de Praga». Heydrich desmanteló en gran parte la estructura de la Resistencia checa y durante su mandato las fábricas de armas del invadido país incrementaron su producción, un hecho que no pasó inadvertido a los británicos. Por ello, los ingleses tomaron cartas en el asunto y decidieron echar una mano a la depauperada Resistencia local. Planearon su muerte, que consideraron un plan no demasiado complejo al ser Heydrich un hombre de hábitos fijos y que viajaba en un Mercedes Benz descapotable con escolta ligera. Pensaba que nadie tendría el valor de atacarle. Craso error, como veremos a continuación.
La RAF (la fuerza aérea británica) envió 6 comandos para asesinar al Protector de Bohemia y Moravia, que saltaron el paracaídas cerca de Praga. Jan Kubis y Josef Gabcik formaban parte de los guerrilleros que portaban granadas y metralletas Sten. Si bien una vez localizado el vehículo del jerarca nazi, el arma de Gabcik se encasquilló, la granada de Kubis alcanzó en parte su objetivo, pues estalló en el coche de Heydrich, hiriéndolo de gravedad, aunque «el Carnicero de Praga» logró efectuar algunos disparos contra sus agresores, que acabaron abatiendo al conductor, mientras se daban a la fuga. Heydrich falleció a consecuencia de una septicemia ocasionada por sus heridas, ocho días después del atentado.
Los miembros del comando se vieron acorralados en la iglesia de los Santos Cirilo y Metodio por cientos de SS que buscaban vengar a su jefe. Cuando los guerrilleros agotaron sus limitadas municiones, se suicidaron. Los alemanes no quedaron satisfechos con la muerte de los agresores, así que asesinaron a todos los habitantes de Lídice, el pueblo de uno de los comandos: 340 hombres, mujeres y niños fueron las víctimas de un día de furia en el que además el pueblo fue arrasado y borrado del mapa.
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